Apóstol Sergio Enríquez

Tema: Diserniéndonos 2

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La Santa Cena es de tanta bendición como lo dijimos en la primera parte de este estudio; que tiene bendiciones antes y después de participar de ella, pero para eso es necesario que discernamos adecuadamente nuestros caminos para que no le cedamos espacio al enemigo y que con eso de pronto nos veamos derrotados. Por eso uno de los beneficios de la Santa Cena es que podamos discernirnos para no llegar a la derrota, ahí es donde podemos ver los beneficios previos; es más Dios en algún momento nos advierte que debemos examinarnos adecuadamente porque si no nos ha desarraigado sin oportunidad alguna, es porque Su misericordia es infinita, pero sin lugar alguna hemos fallado incontables veces, razón por la cual es que en la mesa del Señor tenemos una oportunidad previa para discernirnos a nosotros mismos.

 

Por eso es que Dios nos deja herramientas para podernos examinar el corazón; claro que estamos hablando espiritualmente; de tal manera que cuando decimos que si nos juzgamos a nosotros mismos, ciertamente es espiritual, no obstante puede traernos efectos naturales. Un ejemplo de la forma de juzgarnos a nosotros, es lo mismo que le sucedió a David cuando el Profeta Natán llegó a confrontarlo sin que David lo supiera, y él mismo dictó una sentencia en su contra por el adulterio que había cometido; por eso decimos que Dios permite que seamos juzgados por nosotros mismos porque como sea; seremos juzgamos por nosotros mismos como le sucedió a David, diríamos que con conciencia clara o de alguna forma subliminal, es ahí donde vemos el juicio que surge a nuestra vida de parte nuestra.

Hoy lo que Dios está haciendo es permitir que seamos confrontados con Su palabra como si fuera un espejo para que veamos claramente cómo estamos y si no encaja con lo que Dios desea ver en nuestro corazón, arrepentirnos de lo que hacemos, incluso de las intenciones del corazón.

 

1 Corintios 11:26 (LBA) Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga.

 

Si pudiéramos imaginar por un momento todo el sufrimiento que tuvo Jesús antes de ser crucificado, pero que lo imaginemos y que nos sirva para hacer conciencia que si El sufrió, fue para que no padeciéramos nada de toda esas situaciones. Por eso cuando nos acercamos a la mesa del Señor, es para que de alguna forma surja en la memoria de nuestro espíritu todo el sufrimiento que Jesús tuvo y que eso haga conciencia para guardarnos de no pecar en ningún momento.

 

1 Corintios 11:27-32 (LBA) De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. 30 Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen. 31 Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados. 32 Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.