En los dos estudios anteriores hemos abordado las características que debe tener nuestra alabanza para que llegue a ser perfeccionada y así convertirse en una fortaleza. Dentro de ellas podemos mencionar que debe salir del corazón de una persona que ha sido redimida por Jehová, de una experiencia vivida, de alguien que ha recibido consolación y como consecuencia puede entonar un cántico nuevo; a la manera de Ana que fue hasta que derramó su alma delante del Señor que pudo entonar un cántico en el que declaraba victoria del Señor sobre quienes la oprimían y pudo fructificar cumpliéndose así la promesa de Dios en ella.

 

Por otra parte sabemos que fuimos creados para la alabanza de Su nombre, sin embargo por misericordia de Dios recibimos beneficios inmerecidos al hacerlo, un ejemplo claro lo encontramos en Salmos 37:4 Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón.

 

Sabemos que Dios es poderoso para cumplir el anhelo más profundo de nuestro corazón, pues El lo conoce y nuestro suspiro no le es oculto. Sin embargo no podemos caer en el error de alabarle con el propósito de recibir algo a cambio. Mateo 6:33 nos amplia cual es el orden: …buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Las bendiciones del Señor vendrán como consecuencia de tener un orden de prioridades en nuestra vida, ocupando Dios el primer lugar. Cuando lleguemos al nivel de deleitarnos y saciarnos tal como lo hace un lactante en los pechos de su madre, entonces vendrán las añadiduras y el deseo cumplido a nuestro corazón.

 

Continuaremos escudriñando otras características importantes a imitar de los niños:

 

LBA Cantares 8:1 ¡Ah, si tú fueras como mi hermano, amamantado a los pechos de mi madre!...

 

Este versículo nos deja ver que existe un vínculo que puede unir a las personas en hermandad aunque estas no sean hijos del mismo padre y madre; y es el hecho de ser amantado por la misma nodriza. Esto es lo que sucede en el pueblo de Dios, aunque no seamos hermanos biológicos, nos convertimos en hermanos espirituales al ser engendrados por un mismo Padre y ser amamantados por el Espíritu Santo cuando lo conocemos como el Shaddai, que uno de sus significados es: pechos que amamantan.

 

Ahora bien, si somos hermanos, debe existir amor fraternal entre nosotros (Romanos 12:10), de no ser así, nuestra alabanza es imperfecta. Es tiempo de crecer y con humildad soportarnos los unos a los otros (Efesios 4:2). Cuando esto suceda vendrán las consecuencia positivas, la bendición de ser ungidos con el buen oleo descrito en el Salmo 133. Necesitamos ser ungidos, es decir ser llenos del Espíritu Santo en todos los aspectos de nuestra vida.

 

Ahora mencionaremos tres puntos relevantes respecto a la importancia de ser ungidos:

 

• Hechos 6:3 Unción para Servir. En la Iglesia del principio buscaron a discípulos que estuvieran llenos del Espíritu Santo para servir en las mesas. De ahí podemos decir que no importa cuál sea nuestro privilegio, por muy pequeño que parezca a los ojos de los demás, necesitamos estar llenos del Espíritu Santo para poder cumplirlo de una manera eficiente y agradable delante del Señor y de los hombres.

 

• Génesis 39:23 Unción para Vivir. En el ámbito secular, necesitamos estar ungidos para que las decisiones que tomemos; sean estas de estudio, familiares, laborales, etc., todas sean guiadas por el espíritu, y así llegar a ser como José quien era prosperado en todo lo que hacía a consecuencia que Jehová estaba con él.

• Mateo 26:12 Unción para Morir. Si el Señor Jesús fue preparado para su muerte al ser ungido, cuánto más necesitamos esa unción para hacer morir lo terrenal que aún permanece en nosotros (Colosenses 3:5).

 

LBA Isaías 11:8 El niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra, y el niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora.

 

Este verso encontramos a dos tipos de niños:

 

• El niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra…

 

Tipifica la inocencia de un niño que aún no tiene conciencia del peligro, que se puede sentir seguro al jugar junto a un lugar peligroso, que está confiado del cuidado de sus padres sobre él; de la misma forma podemos tener la certeza de tener un Padre en los cielos que cuida de nosotros y que aunque padre y madre nos dejaren en la Tierra, con todo Jehová nos recogerá. Sin embargo, no podemos tomar Su cuidado como libertad para ir un lugar al que no hemos sido enviados o exponernos conscientemente al peligro.

 

• …Y el niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora.

 

Este representa a un grupo de personas maduras, quienes no temen al mundo de las tinieblas, que lograran discernir, enfrentar y avergonzar al enemigo, tal como lo hizo Pablo en Hechos 13:10 desenmascarando a un hijo del diablo lleno de toda maldad, pero lo pudo hacer porque él estaba lleno del Espíritu Santo. Vemos también cómo fue atacado por una víbora en Hechos 28:3-5 y la pudo derrotar sacudiéndola en el fuego; nuevamente podemos decir que ese fuego es figura del Espíritu Santo.

 

LBA 1 Corintios 14:20…no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia…

 

Este versículo nos hace ver que nuestro pensamiento debe estar guardado en santidad, sin malicia, no podemos permitir que surjan y menos aun que se aniden en nuestra mente pensamientos inicuos o que tengan doble sentido. Esto se puede lograr solamente buscando la renovación continua de nuestra mente perseverando en la búsqueda del rostro de nuestro Señor Jesucristo.

 

La alabanza será perfeccionada pero no con grandes salmistas; sino con gente que tenga características de niños. Examinémonos reconociendo nuestra condición y anhelemos el ser como esos pequeñitos, el resto lo hará el Espíritu Santo pues Su poder se perfecciona en nuestra debilidad.