Hermano Sergio Castillo

Tema: Te acordarás de todo el camino

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Deuteronomio 8:1 (R95) "Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, seáis multiplicados y entréis a poseer la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.

 

Es interesante que cuando este versículo fue escrito, Israel ya habían entrado a Canaán; eso nos indica que no era suficiente con haber llegado, sino que era necesario que al entrar, tomaran autoridad de aquel lugar con lo cual podrían vivir, se multiplicarían y poseerían la tierra.

 

Deuteronomio 8:2-3 (R95) Te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová, tu Dios, estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3 Te afligió, te hizo pasar hambre y te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.

 

Con esto lo que deseamos es recordar que a pesar de nosotros mismos, hemos pasado un trecho del camino de nuestra vida donde hemos sentido que quedaríamos desfallecidos, pero lo que más debemos recordar es que Dios ha estado con nosotros y que todo lo que hayamos vivido, tuvo un propósito debidamente definido por El, por un lado para que botáramos algunas cosas de nuestra alma y que entonces seamos fortalecidos por Su mano de lo cual podemos comprender que es estando bajo la cobertura de los 5 ministerios que Dios ha levantado para que seamos debidamente equipados mientras el Señor regresa por nosotros.

 

Hoy lo que necesitamos es recordar todo el camino por el Dios nos ha traído y que sin importar lo que podamos estar viviendo, quizá estemos sufriendo; no olvidemos que si creemos a la palabra de Dios, aunque hayamos pasado 40 años en el desierto, llegaremos al otro lado del desierto; sin importar lo que hayamos batallado por la prueba que estemos pasando, un día terminará.

 

Oseas 2:14 (LBA) Por tanto, he aquí, la seduciré, la llevaré al desierto, y le hablaré al corazón.

 

Parecería contradictorio este versículo, sin embargo si Dios dijo que en el desierto hablará a nuestro corazón, es porque al estar fuera del desierto, no pudimos escuchar o no quisimos y Dios por amor, buscó la forma de hacernos entender y al encontrar la mejor forma, ahí nos llevó; por eso es posible que hoy estemos en el desierto pero es ahí donde mejor escucharemos la voz de Dios; posiblemente escucharemos la voz del enemigo diciéndonos que no servimos para nada, pero Dios nos está levantando en Su nombre para que seamos útiles en Su mano poderosa y sin importar lo que nos hayan dicho menospreciándonos desde que nacimos en esta Tierra; recordemos que aun desde antes de la fundición del mundo Dios ya nos tenía destinados para las bendiciones que hoy podemos estar gozando aunque estemos en medio del desierto, hemos disfrutado Su presencia gloriosa en nuestra vida; aunque a nuestra mente sea contradictorio, la realidad es que Dios nos está preparando para nuevas y mejores cosas cada vez.

 

Un punto muy interesante es que Dios no necesita probarnos para conocernos porque El conoce lo que hay en el corazón; realmente es para que tengamos la convicción si verdaderamente hemos sabido asimilar todo lo que Dios nos ha permitido vivir, si hemos desechado aquello que no le agrada a Dios para darle vía a la voluntad del Señor. Quizá hemos llegado a sufrir porque tenemos cosas que necesitamos desechar, han sido cosas que por todo el tiempo que estuvieron en nuestro corazón, la forma en que están siendo desarraigadas, puede causarnos dolor.

 

Juan 6:48-51 (R60) Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

 

En Deuteronomio 8:3 dice que los hizo pasar hambre, pero después los saciaría; de igual forma ha sucedido con nuestra vida; quizá en algun momento padecimos hambre en lo natural, pero Jesús vino para que fuéramos saciados primeramente en lo espiritual lo cual tendría una repercusión total. Por esa razón, si en algun momento creemos que no pasaremos la prueba, si creemos que quedaremos a medio camino; debemos saber primeramente que Dios nos ha sustentado sobrenaturalmente y es por Su poder que hemos llegado hasta el lugar donde hoy estamos y llegaremos al final por Su infinito amor.

Mateo 5:6 (LBA) Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.

Si creemos que tenemos necesidad de ser saciados, Dios suplirá toda necesidad.

 

1 Corintios 10:13 (R60) No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

 

Si estamos en prueba, necesitamos estar seguros que por el amor de Dios la terminaremos de pasar porque para que vivamos aquella prueba, El sabe que cumplirá el propósito por el cual la estamos viviendo y no dejará que muramos, sino más bien lograremos Su propósito de amor.

 

Santiago 1:12 (R60) Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

 

Teniendo la certeza que saldremos de la prueba, hay un galardón que aguarda por cada uno de nosotros porque si llegamos, es porque aprovechamos cada cosa que Dios nos envió para poder pasar la prueba que al final como ya lo dijimos, es una prueba a nosotros mismos, para que sepamos si verdaderamente hemos asimilado todo lo que Dios nos ha enviado y de no ser así, que empecemos hoy.